9.7.11

Tálamo.

Tierna se queda la noche
cuando sueltas la mano del niño
para apagar tus ojos.

Ese niño encontrado vaga
en la plata de la luna ausente.
Siente el hueco de su mirada,
negro el cometa al pasar.

Clava sus rodillas en el barro
que huele a pino y albahaca.
Reciente es la herida del lobo
la sangre le grita en corro
¡no la dejes pasar!

Ahora sin remedio el niño perdido
tomará su mano descalza,
llenan la boca de tierra tus besos.
Revienta, espina de la noche ausente.

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