9.7.11

Para que yo te nombre.

Para que yo te nombre
tus piernas deberán ser de madera
y de tus brazos nacerán
manzanas rojas.
Para que yo te nombre
cambiará el color de tus hojas,
se tornarán amarillas
y las dejarás caer.
Para que yo te nombre
olvidarás tus raíces
cuando el frío las haga callar.
Cuando yo te nombre
respiraré despacio al caminar
dejando atrás tu sombra,
después perderemos la esperanza
y ese será tu nombre.

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